domingo, 30 de marzo de 2014

Una noche en El Bulli

Hola gord@s!

Una semana mas me siento aquí a contar una de esas paranoias gastronómicas que narran lo mejor y lo peor que me he metido en la boca, sin incluir claro el incidente de la Pasta Cocida con Leche y mermelada que algún dia os contaré.

La historia de hoy es un poco antigua, no llega a ser Vintage pero casi, ya que se remonta al año en el que cumplí 31, concretamente al día que los cumplí. La cosa es que con el post anterior, esos tiernos recuerdos del Rokelin me han puesto sensiblón y me ha hado por tirar de experiencias "retro". Así pues, os voy a relatar mi experiencia en que el fué, durante unos cuantos años, el mejor restaurante del mundo, llevado por el que, aún a día de hoy, es considerado el mejor cocinero del mundo y uno de los más influyentes de la historia, Ferran Adrià.

Bueno, lo primero de todo, qué es El Bulli y dónde está. El Bulli es un restaurante que se sitúa en Cala Montjoi, al lado de Roses, en Girona, abierto por un matrimonio alemán a principios de los 60, que empezó como Chiringuito y que poco a poco se convirtió en restaurante. Entorno ideal para las vacaciones de la Guiri Sueca cachonda, el Francés Gilipollas y el Macho Cabrio Español.


Perfil de los primeros clientes de El Bulli

Con el paso de los años, la cosa fue tomando forma, en los 80 ganaron su primera Estrella Michelin, y Ferran Adrià entro a trabajar allí. El resto ya lo sabemos. Mucho trabajo, mucha innovación, 2 y 3 Estrellas Michelin y referencia mundial en Alta Cocina. El siguiente vídeo muestra una imagen bastante acertada:


Y diréis, "como un mindundi como tu consiguió mesa en el mejor restaurante del mundo?". Pues fácil, mintiendo. Con eso de que se comentaba por aquel entonces, que El Bulli cerraría a final de año, decidimos darnos el capricho y pedir mesa. Para ello usamos la estrategia de dar pena. Bonnie, que un día estaba muy aburrida en el curro decidió mandar un mail diciendo que nos íbamos a otro país y tal, que por aquel entonces era un fraude como cualquier otro. Como era de esperar, nos dijeron que estaban completos para lo que quedaba de temporada, así pues, nada. Sin embargo, semanas más tarde nos enviaron un e-mail diciéndonos que había una cancelación y que si aún seguíamos interesados. La única pega es que era un Jueves en Enero, concretamente el 13. Es decir, que el día que tenían libre era precisamente el dia que cumplía 31 años. Así pues dijimos que sí, y dió la casualidad de que tanto el Jueves 13 como el Viernes 14 de Enero, no pude ir trabajar por motivos de salud. Todo un cúmulo de coincidencias oiga.

Ir a Cala Montjoi a cenar no es sencillo. Está a tomar por el culo de la civilización, y requiere quedarse a dormir por la zona. Así que nos pillamos un hotelillo mono, y pedimos un taxi, ya que después de unas 5 horas de cena iba a conducir Clavijo. El acceso al sitio es terrible, carretera de curvas en La Nada y oscuridad. Llegas, y los modelos de coche del aparcamiento dejan claro el nivel del restaurante. Ferrari, Bentley y Mercedes son las marcas tendencia para cliente estándar del Bulli. Me imagino que el Taxi Renault 21 con una luz jodida en el que llegamos no dejó indiferente a nadie.

La entrada al sitio es bastante normal, y una cosa muy guay es que desde fuera lo primero que se ve es la cocina, que es algo realmente espectacular. Según entramos nos vino a recibir Juli Soler, el Director y Co-propietario del Bulli. Nos cogieron los abrigos y nos hicieron el peloteo habitual, que tengo que decir no fue excesivo, cosa de agradecer. Antes de llevarnos a la mesa y una vez comprobado el hecho de que teníamos reserva y no éramos los clásicos jetas, nos ofrecieron visitar la cocina, ante lo cual dijimos que sí. Entramos y allí estaba, Ferran Adrià, hablando con no se quien. Nos dió la mano muy educadamente y nos dió la bienvenida. La cocina realmente me impactó. Es enorme, y no se cuanta gente había trabajando, pero era mucha, tranquilamente 30 personas o más. Hay una parte dedicada a los platos "normales" y otra a los postres, un poco más pequeña. Una cosa que me flipó bastante fue la limpieza y el orden con la que trabajan, además de es la primera cocina en el mundo que no desprende olor a nada. No fui capaz de oler una mierda. Y la guinda de esta curiosa cocina es que hay una mesa para cenar dentro la cocina. Sí, una mesa para dos, y que según parece es de las más cotizadas de todo El Bulli. A mi personalmente me atrae cero comer en la cocina, ya que eso lo hago todos los días en mi casa, pero bueno ya se sabe, entre estos millonetis hay gustos de todo tipo. Ahí tenéis por ejemplo, el caso del ricachón japonés que cada puto año se cogía su Jet privado hasta Barcelona, única y exclusivamente para cenar en el Bulli el menú de la temporada. Llegaba, cenaba y se iba.

Bueno, una vez vista la cocina nos llevaron a la mesa, nuestra camarera y nuestro Sumiller se presentaron. La camarera, muy amable, nada estirada y nada cargante, bastante normal, nos explicó como iba la movida. Cada temporada hay un menú, y es lo que se come, es decir, nada de carta, primeros y segundos y esas cosas. Lo único que te dejan decir es si eres alérgico a algo, y esto es algo que previamente te preguntan por mail, para así tenerlo todo listo. Por lo tanto menú degustación, y nos recomendó no pedir el menú, e ir sorprendiéndose con cada plato, por eso de mantener la emoción (interesante concepto el de la emoción en una cena, pensé). Lo único que nos dijo es que el menú se componía de un numero aproximado de 40 platos (si si, 40, esta bien escrito), y que podíamos escoger los vinos.

Para empezar, y mientras venia el Sumiller a recomendarnos un vino, nos empezaron a traer los Cócteles de Bienvenida. Esto es, en esencia, como la cerveza que te abres en una BBQ mientras esperas a que se haga la carne, pero claro, llevado al cúlmen de la innovación gastronómica. Empezaron con una cosa llamada "Fresa". En verdad no recuerdo muy bien como era este plato, ya que obviamente no era una puta Fresa. Nos suena, que era una especie de Sorbete de fresa, con forma de fresa (lo que ellos llaman deconstrucción), y que sabía a Campari creo, aunque no estoy seguro. De lo que si me acuerdo es del segundo Cóctel, una cosa llamada "Caipi-Mojito Caliente":



Se puede decir que era como una especie de infusión, caliente claro. Lo curioso es que era una infusión con sabor a mojito, y además refrescante! Una pasada. Nos lo bebimos disfrutando poco a poco de él, ya que un rollo como ese no se suele probar en ningún sitio.

Lo siguiente que llegó a la mesa fue la "Flauta de Mojito y Manzana". La señora, muy amable, nos explicaba cada plato con detalle, incluso recomendando los bocados que dar para saborear el plato en su máxima expresión. Recuerdo claramente que para tomar este Cóctel, tenía que dar 3 o 4 bocados máximo. Lo primero que me hizo gracia fue el concepto de morder un Cóctel. Vale que soy de pueblo pero joder, hasta que punto estaba perdido en aquel ambiente? Aquel fue el primer momento "quítate la boina" de la noche, y hubo unos cuantos. Pero lo que realmente me "flasheó" fue el tema de los mordiscos. En fin, decidí seguir el consejo. El Cóctel era de lo mas cachondo, realmente era una pequeña "Baguette" cuyo pan era una espuma dura con textura de Forespan en boca y sabor a manzana ácida, y en medio una deliciosísima crema de Mojito. El plato estaba brutal.


De la foto se pueden sacar tres conclusiones. Una, que la descripción de los platos no miente. Dos, que con barba estoy mejor que sin ella. Y tres, que nuestras abuelas tienen amigas con casas mejor decoradas que El Bulli. Y ya que sale el tema, hablemos de ello. El sitio es cutre a morir, al menos en mi opinión. Cierto es que esta limpio y no tiene humedades ni cosas de esas, pero la decoración es una rollo de lo más bizarro. Cortinas del año de la pera, suelo de baldosas de la época colonial, y armarios con mas valor histórico que decorativo. 

En este "impás", llegó el Sumiller con la Carta de Vinos. O más bien con el Libro de Vinos, porque aquello era como un Libro Gordo de Petete. Páginas y páginas de vinos que no los conoce ni su madre, con ediciones especiales para El Bulli, y denominaciones de origen de todo el planeta. Y por supuesto con unos precios en la linea, es decir, botellas de vino de 2000, 3000 y 5000 euros. Hay que decir también, que por unos minutos, tuvimos un principio de infarto cuando vimos que no éramos capaces de encontrar Vinos por menos de 400 euros, y claro no era plan salir corriendo con media Bagette de Mojito en la boca, así que presos del pánico le explicamos al sumiller la situación:

ElFartón: Hola, oye una preguntina.
SumillerBulli: Dígame caballero.
ElFartón: Nos puedes recomendar un par de vinos que vayan bien con el menú? Y una cosa, sería interesante moverse en un rango de precios no muy extremo.
SumillerBulli: Como cuanto?
ElFarton: A ser posible no mas de 100 euros la botella - Por dentro mi corazón se estremecía a soltar la gallada de los 100 pavos -
SumillerBulli: No se preocupe caballero.

De una manera muy amable nos trajo el primer vino, un Blanco Catalán (Penedés si no recuerdo mal) llamado QX, y que estaba cojonudo, por el que creo que pagamos unos 60 euros (precio más que razonable para ese sitio), y que realmente hacía una combinación muy buena con casi toda la primera mitad de platos. Y bueno, dejamos de sudar. Y es que no queríamos que nos pasara como esa pareja, de la que cuenta la leyenda, que un evento similar el nuestro, se pidieron dos botellas de vino de 300 euros cada una por eso de darse un capricho una vez en la vida, se las bebieron sin complejos y cuando la cuenta llego se dieron cuenta que no eran 300 si no 3000 por botella, y les emplumaron 6000 euros de vino. Cuenta la leyenda también que Ferran Adrià les invitó a lo que fue el menú, pero vamos a mi ya me pueden pagar los cubatas de aquí a que me muera, que yo no me recupero de una hostia así.

A continuación nos trajeron juntos él ultimo de los Cócteles y el primer plato. Almendra-Fizz con Amarena-LYO y Cresta de Nori, plato del cual yo solo entendí la palabra "Almendra".


El Cóctel pretende ser un Gin-Fizz en que el cambiaron la Ginebra por una especie de Leche de Almendra o similar, y en vez de una Cereza, una Amarena. Que según he podido buscar es una variedad de Cereza, y lo de LYO es porque se trataba de una Amarena liofilizada. La recomendación que nos dieron fue dar unos sorbos primero y luego la cereza. La idea, parece ser, era tener el dulzor de la leche (de almendras imagino) cuando añadimos el amargo de la Amarena. El Cóctel me llamo más la atención por su complejidad que su sabor. Estaba bueno, cierto, pero no me flipó como los anteriores. No obstante como se puede ver hasta ahora, la elaboración de cada plato es una movida. Y que decir de la Cresta de Nori. No tengo ni puta idea de lo que era el Nori, lo que si recuerdo es que era ácido, no demasiado, y que era un buen comienzo para pasar de Cócteles a platos normales.
 
El siguiente fue el Chip de Aceite de Oliva. Uno de los platos que más nos alucinó tanto a Bonnie como a mi. 


Se trataba de una lamina muy fina con sabor a Aceite de Oliva muy fino, que cuando la metías en la boca se deshacía. No se puede explicar el sabor, fue algo genial. Un 10 de plato, sorprendente y muy bueno.

Lo siguiente fue una cosa llamada "Palet d'Hibiscus i Cacahuet". Y a juzgar por la pinta puede ser cualquier cosa. 


No tengo ni idea de lo que llevaba, pero era muy crujiente y ácido como la madre que lo parió. Aunque bueno, nada especial comparado con los platos estrella.

Seguido a esto llegó la Porra de Parmesano, un Crujiente de Queso Parmesano con forma de palitroque, que estaba de puta madre y del cual no tengo foto (si subiera foto de todos esto sería el Post Interminable).

Seguido a esto llegó una cosa llamada "Ravioli de Festuc", que no era otra cosa m´s que una especie de Ravioli de pasta transparente con una cobertura de polvo de Pistacho. No lo recuerdo como algo especial.

Acto seguido, y ya con una par de copazos de vino dentro, llegó una buena movida, la "Avellana-Gerd" (Avellana-Frambuesa).

Era un bocado frío, así que había que comerlo rápidamente antes de que se derritiera. Realmente parece una bola de chocolate amargo, pero en realidad era una Frambuesa, creo que liofilizada, recubierta de crema de de avellana amarga. Una cosa que cuando me la metí en la boca fue uno de los rollos mas bizarros y más geniales que he probado. Eso si, sabe a poco, ya que no dura nada en la boca.

Lo siguiente fue la Tortilla de Camarones.


Esta claro que al señor Adrià no lo quedo claro aquello de "Pezqueñines NO, Gracias.", porque esto eran Larvas de Camarón en el mejor de los casos. Este plato venia acompañado de dos trozos de Caña de Azúcar bañadas en jugo de Jengibre. No os puedo decir como recrear el sabor de la Tortilla, que dicho sea de paso fue bastante plano (en sabor Hamijos, en sabor. Hay que usar la terminología de la Nouvelle Cuisine si quieres ser guay), pero si lo que queréis experimentar es el sabor del acompañamiento hacer lo siguiente: Ir al cuarto de baño, abrir el bote de Champú, y pegarle un trago, sabe igual. Si lo que quiere este acompañamiento es limpiar la boca de sabores previos para degustar el siguiente plato, el colega Adrià lo llevó hasta el extremo.

Acto seguido, y aun con sabor a jabón en la boca, llegó el camarero con un plato que traía un langostino ligeramente cocido. El plato se llamaba, Langostino Cocido. Nos quedamos un rato mirando para el langostino y nada, no salía magia por ningún sitio. Yo me lo metí en la boca con la esperanza que supiera a Coca-Cola o algo así, pero sabia a marisco, marisco crudo a decir verdad. Así que si hamijos, era un puto langostino medio cocido. Supongo que ese dia Ferran se levantó con la creatividad en huelga.

A continuación llego la camarera con un par de Gambas, esta vez venían más hechas. Yo lo primero que pensé que fue que se dieron cuenta de que el plato anterior les quedo crudo y lo quisieron enmendar, pero no, la tía nos dijo eran "Gambas dos Cocciones". Es decir, un par de gambas que venían por un lado fritas, y por otro cocidas, y que venían con una cucharita con una especie de "Fumet" de gamba. Con este plato a mi personalmente me faltaron unas patatas al ajillo. Y me pareció, junto con el anterior, tan decepcionante, que al colega Ferran, yo le hubiera dado una hostia por cada una de las dos cocciones. 

A estas alturas el vino empezaba a subir, así que el "jiji-jaja" empezaba a dominar en la mesa, el "te fijaste en aquella Maruja? se le ven las bragas" era el tipo de comentario tendencia, y todos los camareros tenían ya su mote correspondiente. Fue entonces cuando llegaron las Pechugas de Codorniz con escabeche de Zanahoria.


Estas cinco pechuguitas, creo que cocidas, y presentadas en un cuadro de Dalí, venían sin nada, y el camarero al servirlas traía una sartén en miniatura con un escabeche de Zanahoria y un pincel, y una a una y muy finamente las pinto con ese escabeche. Cierto es que el plato esta de puta madre, delicioso y fino, una autentica pasada. Hay que destacar que cada muslito tenia un nivel diferente de picante, así que había un orden para comerlos. Un festival vamos.

A continuación llegó el primer plato realmente temático de ese menú. Hay que decir, ya que no le he mencionado hasta ahora, que cada menú de temporada tenía una temática. En este caso la temática era una especie de rollo Mar y Montaña y Carne de Caza, así que la idea de Ferran Adriá en estos casos es jugar con las texturas y con los sabores relacionados con el tema, y usando las técnicas mas novedosas de la Alta Cocina. Este primer plato fue una cosa llamada "Tudó", que parece ser que es una pajarillo, rollo gorrión. Y es lo siguiente:


Bien, recuerdo vivamente este plato porque fue el que motivó el mayor momento "Quítate la boina" de la jornada. Esa cáscara de árbol tan mona trae un par de muslitos de Tudó, que, dicho sea de paso, ignoro de manera estaban cocinados, tenían un sabor muy fuerte. La movida de dicho plato era el saquito que trae al lado, dicho saquito estaba lleno de Cardamomo, que a día de hoy se que es una especia, pero por aquel entonces no sabía. Según lo trajo, con mi nivel de vino en vena no lo dude, y antes de pegarle un muerdo al pájaro me metí entero en la boca el saquito con el Cardamomo, ante lo cual el camarero flipó por un tubo y empezó:

Camarero: "No No caballero! Eso es para oler y no para comer!"
El Farton: gggghhhh - pequeños escupitajos, pedazo de sorbo de agua, babas en todo el saquito -

Reacción de Bonnie:


La historia del puto Cardamomo era olerlo hasta que el gaznate se te quedara anulado de cualquier otro sabor y tuvieras la garganta con sabor a chimenea apagada, para entonces comerte el muslito de Tudó. A mi personalmente, el plato no me gustó nada. Demasiado fuerte de sabor, y un gusto un poco rancio, aunque claro, que nadie se olvide del incidente del saquito. Supongo que cuando Ferran Adrià creo este plato, no contaba con los gañanes a los que les da por comer bolsas de gasa con especias en lugar de la comida.

Acto seguido llego el "Capuccino de Caza".


Servido en una taza de cafeé da bastante le pego. El plato era en realidad una especia de consomé de Carne de Caza concentrada, con un gusto muy fuerte, similar al anterior. Seguramente detrás de este plato hay horas de elaboración y el mejor de los productos, sin embargo a mi no me gustó.

A todo esto, llego el vino Tinto, un "Châteauneuf du Pape Cuvee Traditionelle" cosecha del 2000. Un vino muy particular. No había probado uno igual antes, y no porque fuera especialmente bueno, si no porque tenia un sabor y un aroma que combinaba bastante bien con la enorme variedad de platos. Eso si, 90 eurazos de vino.

Siguiente, Tartar de Tomate.


Uno de los platos que mas nos gustó. Impresionante, además de ser un giro radical en gusto y sabor respecto de los anteriores. Brutal, increíble, delicioso. Servido con unos pequeños cristales de hielo por encima que le daban un frescor genial, que te recuperaba del sabor rancio y amargo de los platos anteriores. No entendí muy bien el cambio, pero me gustó.

Tras esto empezó el momento fusión japonés. Lo primero una Tortilla Japonesa con Erizos de mar, u Oricios, como decimos en Asturias.


En mi cara se puede ver claramente que es un plato que no me iba a gustar, y así fue. No me gustó. No me gustó ni su textura de espuma de huevo en la boca, ni el Oricio. Pero hay que decir, que Ferran no tiene la culpa, ya que a mi de mano los Erizos de Mar no me gustan. Sea como sea, hay que reconocer que era un plato currado de cojones.

Siguiendo con el rollo Nipón, los siguientes platos fueron un Tiramisú Japones y Cerillas de Soja. El primero era un Tiramisú que en lugar de una base de cafe tenía base de soja, por lo tanto era una especie de rollo cremoso y ligero, y dulce-salado. No me moló un pimiento. El segundo, unos palillos hechos a base de una pasta de soja fría, y que en el extremo tenían una bolita de Pan de Oro. Si niños, Pan de Oro. Y diréis, "que es el Pan de Oro"? Pues  no es otra cosa que una lámina de oro súper fina que se usa para decorar, desde paredes y esculturas, hasta Cerillas de Soja. A que sabe? A nada. Pero oye, no me digáis que no es súper "cool" decir que has comido oro:

Colega A: Oye tio, que cenaste ayer?
Colega B: Na, Oro, y tu?

La realidad del asunto es que el llamado Pan de Oro no sabe a nada, y es meterte en la boca un trozo de metal, tal cual. Y por cierto. El plato no fue nada destacable.

Siguiente, Crema de Caviar con caviar de Avellanas. Este ya fue un plato de esos por los que El Bulli llego a destacar en el pasado:


Plato espectacular. Por un lado Caviar (me imagino que de la máxima calidad que se puede encontrar) sobre una crema de avellanas, y a su lado, Caviar de Avellanas sobre una crema de Caviar auténtico. Todos sabemos mas o menos como hacer una crema, pero no como hacer un "Caviar". Después de investigar un poco, el equipo del Bulli desarrolló una técnica culinaria llamada "esferificación", que no es otra cosa que conseguir esferas sólidas a partir de un producto previo, seguramente liquido. No conozco el tema en profundidad, pero según pude ver en un documental del Bulli, lo que hacen es tirar una gota de liquido (en este caso seria la mencionada crema de avellana) sobre un recipiente con Nitrógeno liquido o algo similar, que le da textura solida y redonda. A priori, puede parecer una gilipollez, pero para mi reflexión de este plato es que, los cocineros han tenido que hacer una a una todas las bolitas de Caviar de Avellana de todos lo platos, y eso es una currada de la virgen. Además de lo dicho sobre la innovación y elaboración, el plato esta increíble. Los sabores combinaban perfectamente, y en mi caso, que era la primera vez en mi vida que comía caviar que no fuera "fake", me flipó el Caviar, al menos el bueno claro.

Para los siguientes empezaron a complicar el tema. Lo primero que trajeron fue otro saquito de gasa con Trufa Blanca de Piamonte dentro. Y claro, después del incidente del Cardamomo me quedaba claro que solo tenia que oler. Así que solo olí. Me dedique a oler durante unos minutos. El plato era básicamente oler, no comer. Todo hay que decirlo, oler una trufa blanca es otra dimensión, automáticamente empiezas a salivar, algo tiene que a mi personalmente me hace babear.

Acto seguido, y cuando ya estaba de oler un poco hasta los cojones, trajeron una cosa llamada "Macaron de Parmesano":


Era un típico Macaron francés con sabor a queso Parmesano. La movida era seguir oliendo la Trufa al tiempo que se degustaba el plato, y no perder su aroma, y por supuesto, no comerse la Trufa, eso era vital (nos decía la camarera). El Macaron estaba bastante bueno. Nada tenía que ver con el original (me imagino) salvo en la forma. Esto era una especie de "nube de parmesano", con textura esponjosa y tremendamente ligera, y con un sabor a queso muy suave, y cierto es que la combinación con el aroma de la trufa potenciaba un montón el sabor. Genial.

Acto seguido, y sin retirar el "Trapo" de Trufa, trajeron el siguiente, un Blini Trufado. 


Aunque yo no veía la trufa por ningún sitio. Era un Blini que venia tibio y que, como venia relleno de crema de queso, había que comer rapidamente, y al que ademas había que ponerle la trufa del saquito que llevábamos oliendo desde hacia como media hora! Y así fue, después de asegurarme como tres veces de que esta vez si que podía comer el saquito de marras, saqué las láminas de trufa y se las puse por encima y de tres bocados me lo comí. Brutal, difícil de explicar con palabras, e imposible comer algo así en otro sitio. 

A estas alturas, los sorbos de vino eran ya de media copa. 

Después del espectacular Blini vinieron con un plato de Angulas al Vapor. Sin más. 


Al igual que con el Caviar, primera vez en mi vida que comía Angulas. Las angulas no tenían ninguna elaboración. Estaban al natural, hechas al vapor y en su propio jugo (o baba mas bien). Un poco decepcionante. Estos rollos que hace Adrià de meterte un plato de algo sin elaborar, como paso antes con el langostino, y las gambas, y además con el salado del sabor a mar, será innovador que te cagas, y habrá gente a la cual le ponga cachonda el hecho de que jueguen con tus sentidos de esa manera, o te peguen esos cambios radicales. Pero en lo que a mi respecta, es el equivalente a meterte una loncha de chorizo entre dos onzas de chocolate. Simplemente no pega. Quizas debería de haberlo servido antes, o con otra combinación de sabores, no sé. En cualquier caso no me gustó, no combinaba con el vino en ese momento, y realmente no entendí como es posible que las Angulas tengan el precio que tienen, porque si, estaban buenas, pero no como para valer 300 euros el kilo.

Siguiente, Almejas con Tierra Negra:


Dos almejas en una salsa de Carne de Caza si no recuerdo mal. Acompañadas de su concha, la cual traía un pequeño consomé o jugo de la almeja. Un plato realmente desagradable y repulsivo donde los haya. De vómito asegurado. No entiendo esta pasión por el "Mar y Montaña". Además, este plato llego en un momento en el cual el nivel alcohólico en vena hace que todavía seas mas visceral tus reacciones, por lo tanto nos indignamos en plan privas.

Después de este desastre llego un rollo curioso, el "Ceviche de Lulo y Molusco" y el "Taco de Oaxaca":


Un plato del que la presentación era una movida. Un fruto llamado "Lulo" (ni puta idea hasta ese momento) del cual ponen medio, y dentro el Ceviche , el molusco (no recuerdo cual sería) con su jugo y por otro lado una vinagreta a base de limón y cilantro que se nos indica tomarlo conjuntando ambos. Cada cosa en distintos compartimentos del Lulo. Un plato correcto, pero que no consiguió quitarnos el cabreo del plato previo. Y en lo referente al Taco, pues algo mejor, no se que llevaría dentro pero sabia bastante fuerte. No estaba mal, aunque supo a poco.
 
Acto seguido llego la camarera y nos dijo lo siguiente, "Andalucía en un Plato", y nos puso lo siguiente:


Era una combinación de Gazpacho y Ajo Blanco, y lo se porque así era el nombre del plato. A Bonnie no le gustó, pero a mi me flipó. Me lo comí lentamente degustando cada bocado. La textura era una pasada, como nieve, pero lo que a mi más me alucino, es que tuviera un tremendo sabor a Gazpacho, pero no hubiera color rojo por ningún sitio. Acojonante.
 
Y bueno, era el momento del plato estrella. Llegaron con una cosa a la que llamaban "Ostra amb Becada", que en Castellano se traduce como "Ostra con Perdiz Chocha":



En esencia este plato es una guarrada de tres pares de cojones. A ver si soy capaz de explicarlo y sin que os de asco, y siendo fiel a la realidad. Veamos, el plato tenía una Ostra y sobre ella un Fillet Mignon, es decir, un solomillo de ternera creo, y digo creo porque no me quedo claro. Todo ello en una salsa de Perdiz Chocha y acompañado de una Gelatina Caliente, creo que de Tuétano. Es decir, el extremismo de la guarrada llevado a la alta cocina. Vamos por partes. En primer lugar lo probé sin complejos, cuando vas al Bulli no te puedes andar con "castronadas" y hay que tener la mente abierta. Pero claro a ver quien es el cachondo que puede cortar la ostra en dos sin que salga volando y luego sin destrozar el Fillet Mignon. Durante dos minutos parecimos dos auténticos gilipollas intentando atacar el plato pero sin saber como. He buscado críticas a al menú y a este plato en particular, y la verdad que a veces alucino con algunos de los críticos gastronómicos. Yo no se si es que les pagan, o de pequeños su padres los dormían con espectáculos audiovisuales de Yoko Ono, pero no me da la cabeza para entender que haya gente, con estudios y con mundo que considere este plato como (y cito) "un pedazo de nirvana en Boca", o "un sabor tan complejo y dinámico que los sentidos se entretienen más de lo debido". Pero bueno, hay que respetar, por eso, usando la misma terminología que estos virtuosos de los sentidos y del paladar, así como eruditos de la crítica gastronómica, emitiré mi corta crítica del plato. Así pues, poniéndonos en plan fino, podríamos describir el plato de la siguiente manera:

"La peculiaridad de este plato empieza con una interesante textura de moco en boca que proporciona la ostra, molusco que provoca que el comensal experimente cierto asco en un principio, especialmente al degustar el sabor excelentemente rancio de la reducción de Perdiz Chocha. Así pues, con el dinamismo propio de la arcada producida, es posible acelerar el proceso de la náusea cuando se combina dicha ostra con la gelatina de tuétano. El sabor a hueso crudo, unido a la untuosidad de la gelatina, que además está caliente, es capaz de llevar al comensal a vomitar encima del plato sin que los cinco sentidos se enteren a tiempo de lo que esta pasando . No espere usted que un trago de vino le haga recuperarse de semejante experiencia, ya que tendrá usted que ingerir más de una copa, eso siempre y cuando la arcada anteriormente mencionada no sea de esas que duran en boca hasta la mañana siguiente."
 
La conclusión es que Bonnie apenas probo el plato, y yo no lo termine. El faje era evidente, y estábamos esperando ansiosos que el siguiente plato no nos diera asco.
 
Por lo tanto, llego la camarera con el siguiente plato, que para nuestra sorpresa era "Becada amb Ostra", es decir, plato a la inversa del de antes. 


La diferencia con el anterior, a parte de no llevar la gelatina asquerosa, es que si antes era una Ostra acompañada de una reducción de Perdiz Chocha, esta vez es la Perdiz Chocha acompañada de una crema de ostras. Hay que decir que estaba mejor que el anterior, pero nosotros ya estábamos en un modo muy negativo, y este plato no fue lo suficientemente bueno como para quitarme el faje.
 
Rapidamente trajeron lo siguiente, Risotto de Moras con Jugo de Caza. 


Bayas sueltas de mora sobre una reducción de carne de caza. Un rollo dulce con el sabor de la caza que estaba bueno. Aunque claro, a estas alturas uno ya sospechaba de todo y andaba con cuidado.
 
Y en este momento fue cuando llego de los momentos "quítate la boina", otro bueno. Llega el tío con el siguiente plato, "Ravioli de Liebre con su Bolognesa y acompañado de su propia sangre":


Cuando vi al tío aparecer con el plato una copa con Sangre de Liebre yo ya no pude más, y me puse en plan "que venga el encargao!". El camarero al ver mi cara de asco e indignación enseguida me dijo que no me preocupara, que no era más que un zumo de remolacha. Pero es que ojo, si lo que quería Ferran Adrià era acojonarme y engañarme lo consiguió. De las dos copas que se ven en la foto, la de la izquierda es de vino y la de la derecha contenía lo que se suponer que era la Sangre de Liebre. No recuerdo el sabor del plato, por lo tanto no creo que fuera de los mejores, pero si recuerdo que en este momento estuve a punto de decirle al camarero que me sacara mejor unas patatas fritas o algo, porque había un numero limitado de guarradas que puedo ingerir. Si llega a ser sangre de verdad, me levanto y me voy.

A continuación trajeron unas Fresas Salvajes, que venían en un consomé de liebre. Que puta manía que con el consomé de caza (pensé). No estaban mal. El dulzor de las fresas combinaba muy bien con el consomé, que hay que decir que no era muy fuerte de sabor. En este punto hay que decir que ya llevábamos un nivel de Vino en sangre importante, la segunda botella estaba ya a punto de acabarse, y el cuerpo nos pedía otra. Estuvimos a punto de pedir una tercera, pero menos mal que no lo hicimos porque la broma hubiera salido por otros 90 eurazos, y seguro que el espectáculo que hubiéramos dado al salir hubiera sido lamentable (mas aún si cabe).

Digo lo del alcohol porque fue en ese instante, justo cuando estábamos descojonandonos por la mas mínima pijada, cuando aparece el camarero con un plato que se llamaba "Castañas Miméticas". Claro con ese nombre, y dos botellas de vino, a quién no de la risa. Por lo tanto me empece a partir el culo cual subnormal. Es una pena que no conserve foto de aquel plato, porque realmente es uno de esos que representa lo que algunos llaman la Magia del Bulli. Era una reconstrucción de Castañas, es decir, por fuera parecía realmente una castaña pelada, pero al meterla en la boca se deshacía y la boca se llenaba de una especie de salsa o liquido con sabor a carne de Liebre. Hay que decir que estaba muy bueno, y son estas cosas las que uno va a experimentar al Bulli. Este fue el último de los platos principales o normales antes de empezar con los postres.

El primero de los postres fue la llamada Coca de Vidre:


A priori parece una lamina de azúcar con piñones dentro. Sin embargo, salvo por el tema de los piñones, no es lo que parece. No tengo ni idea de como estaba hecha ni de que llevaba, pero estaba muy buena, además de ser bastante sorprendente.

A continuación llego otra bizarrada (cómo no), "Terrón de Azúcar al Té y Lima":


Este fue otro de los mejores platos en mi opinión. Trajeron una caja de madera con, aparentemente, cuatro terrones de azúcar, sobre los cuales el camarero echo unas gotas de una especie de aceite. Al meterlo en la boca me di cuenta de que era una especie de sorbete de lima, y lo que parecía aceite, era como un jugo o esencia de té. Un postre brutal, refrescante y exquisito. 

A continuación aparece la tía con dos Filipinos, y nos dice "Filipinos". No miento:


Bonnie y yo flipando claro. Sabiendo de sobra que no eran filipinos auténticos, nos los metimos en la boca. No recuerdo muy bien los sabores, pero si nos flipó, a mi en particular.

Como último plato, la camarera nos trajo una cosa llamada "Pedos de Fresa Y Praliné":


Estaba de puta madre, aunque a estas alturas pocas cosas podían sorprendernos ya. Eso si, una elaboración espectacular.

Ya casi sin poder ingerir más, la camarera vino a preguntarnos si queríamos café. Yo le dije que sí, un café solo. Pero nada de espuma de café, aire de café o pedo de café, un puto café solo por favor. Y así fue, me trajo el café y como acompañamiento trajo esto:


Esto es una caja de chocolates artesanos hechos en El Bulli, y que desde el primero al último son impresionantes. Además uno, si tiene espacio, puede comerse la caja entera si quiere. Te ponen la caja en la mesa y ahí te las apañes. Tanto Bonnie como yo comimos lo que pudimos, que fue casi hasta perder el sentido. Sin embargo, como mucho sitio en el estómago no teníamos, pero sí en el bolso, de la manera más ruin y despreciable, al más puro estilo político español, cogimos unos cuantos para el camino. Veredicto de los chocolates, impresionante.

Como no habíamos bebido bastante, el cuerpo nos pedía mas alcohol, así que pedimos unos Gin Tonics:

ElFartón: Perdone.
CamareroBulli: Digame caballero.
ElFartón: Es posible pedir unos Gin-Tonics?
CamareroBulli: Por supuesto señor.
ElFartón: Pues entonces - por alguna extraña razón, me vine arriba, y me quise tirar el moco - Que ginebras tienen ustedes aquí?
CamareroBulli: El Gin-Tonic de la casa es Tanqueray 10 con Fever-Tree, pero si el caballero lo prefiere, ahora mismo llamo al Sumiller y escoge usted su Gin-Tonic.

Ante la posibilidad de hacer un ridículo espantoso para el resto de mi vida, y consciente de que llevaba un ciego más que evidente para todos conteste:

ElFartón: Tanqueray 10 esta bien gracias

Así que dicho y hecho, se vino un camarero a nuestra mesa con un carrito, y en nuestras narices hizo los dos Gin-Tonics. Nos los pusieron en la mesa, y mientras yo me disponía a darle el primer trago, mi incansable compañera, como no, y para no perder la costumbre, tiró su Gin-Tonic sobre la mesa. En cuestión de microsegundos aparecieron de la nada 4 personas con paños en la mano para secar la mesa. En mi vida había visto semejante reacción en tan poco tiempo, yo creo que el mantel ni se mojó. El camarero, muy majo nos ofreció ponernos otro Gin-Tonic, pero Bonnie, al ser consciente de su estado, prefirió pasar.

Mientras degustaba el Gin-Tonic, y Bonnie y yo comentábamos la cena (que te dió mas asco, y tal), apareció por la mesa Ferran Adrià preguntando que tal. Lo curioso es que el tío apareció con una margarita en oreja. Me quedé tan pasmado mirándole la margarita que no fuí capaz de decirle más que eso de "todo muy rico Ferran".

El resto os lo podéis imaginar, la cuenta, el taxi y a dormirla. Primero nos trajeron el menú, para tenerlo de recuerdo.


Junto con la caja de chocolates fueron 40 platos. Y a continuación la cuenta:


Ahí lo tenéis, 704 eurazos. Capricho de ricos.

Conclusiones:

Esta es una de esas experiencias que hay que vivirlas para poder opinar con cierto criterio. Aquellos que digan que no les gusta, o que es una mierda, o que es la polla, no tienen ni puta idea de lo que hablan si no han ido. Eso es un hecho. Ni todo es maravilloso y de lo mas espiritual como algunos dicen, ni todo es una pijada cara con mierdas de "pitimini" como dicen muchos gañanes. Hay luces y sombras, y todo es muy personal. En mi opinión la calidad de la comida es algo indiscutible. Los productos son de primera, no hay mas que probarlos, y la elaboración salta a la vista que en ocasiones es un trabajo de ingeniería. Así pues de eso no hay duda. Eso no quiere decir que te gusten todos los platos. Por ejemplo, a mi me gustaron más platos que a Bonnie. Por lo tanto ya se sabe, para gustos...

Hay otro tema que la mayor parte de la gente no tiene en cuenta. Ir a comer al Bulli no significa ir a comer lo más delicioso necesariamente, significa ir a comer al sitio mas innovador. Cosas como "esferificación", la gelatina caliente y demás guarradas son un tema de innovación. Los conceptos de la "deconstrucción" y otros, son cosas que nacen en el Bulli y años mas tarde se ven en otros restaurantes. Así pues, ir a comer al Bulli es como ponerse ropa de las mejores marcas, pero también de la última colección, o comprarse el último modelo de coche para ser el primero en lucirlo.

El servicio es, como cabe esperar, muy bueno. Y una cosa que me sorprendió gratamente es que no es un servicio pedante ni lameculos. Es un servicio muy profesional y correcto. Un 10 sobre 10.

Mirando el precio desde los puntos anteriormente mencionados, se puede decir que realmente consumes lo que pagas, no es un precio desorbitado. Es más, yo creo que el coste del menú es mayor que el precio de venta, no es posible que platos como el del caviar de Avellana, en el cual hay que hacer bolas de un milímetro de diámetro una a una, y cosas así, junto con el despliegue de gente y demás, sea rentable. El Bulli seguro que saca el dinero de otro sitio.

Sin embargo, para mi, la conclusión es la siguiente:

- Me compensó la experiencia?

Desde luego. Es algo como ir a un concierto de Los Rolling Stones. Puede que no te guste su música del todo, pero es una experiencia difícilmente superable y que no te deja indiferente.

- Es la mejor comida que he probado?

Ni de coña. Había cosas muy buenas y otras que daban verdadero asco. Cosas sorprendentes y otras de lo más corriente. Para mi todo era interesante, pero había cosas que eran demasiado extremas. No hace falta, en mi opinión, mezclar una otra con una Perdiz Chocha para llegar a lo mas alto. Innovación si, pero en ocasiones con algo de control. En realidad no se va a cenar, se a experimentar.

- Volverías?

Depende de las circunstancias. Seguramente, si el concepto es el mismo, no volvería. Una experiencia inigualable, cierto, pero no digna de ser repetida, al menos para mi gusto y poder adquisitivo.

Sea como fuere, fue una cena de mas de 5 horas, con risas y ciego incluído, en donde lo pasamos genial y tocamos todos los estados de ánimo. Y desde luego, a ver cuanta gente, puede celebrar su 31 cumpleaños cenando en el mejor restaurante del mundo.

Hasta la próxima!

domingo, 2 de marzo de 2014

Rokelin, miedo y asco en Marina D'or

Hola gord@s!

Después de una semana de flipar por un tubo, me dispongo a relatar otra aventura gastronómica de esas que os gustan. Esta vez toca bilis de la buena al rememorar una de esas situaciones en la que te cagas de la madre que parió a Paneque y te dan ganas de liarte a hostias hasta con el que limpia los platos.

Corría el 1 de Mayo del año 2009, éramos jóvenes y apuestos, y nuestro amigo MMad, nos invitó a pasar un entretenido fin de semana en la casa sus padres en Oropesa. Los asistentes a la cita fuimos MMad, LJ, pTinto, Pisman, Bonnie y un servidor. El evento iba según lo planeado: playa, Arroz Caldoso, Sol, Piscina, Botellón y Pisman rompiendo una silla del Salón debido al moco que se agarró. Todo normal. A parte de un pequeño incidente, en el que esparcimos una botella de Vino Tinto sobre el techo blanco de la cocina, seguida por supuesto de una botella de Vino Blanco (ya de ser viyuelas, nos gusta serlo con todas las consecuencias), por no tener sacacorchos y hacer la jugada de empujar el corcho hacia dentro con un cuchillo; todo muy placentero.

Todo iba muy bien hasta que a alguien se le ocurrió que una de las noches podíamos ir a cenar a Marina D'Or, que estaba a pocos kilómetros. La idea, a un servidor incluído, le pareció muy buena. Tantos años viendo en la tele a la rubia cachonda con el pinganillo diciendo aquello de: "Marina D'Or Ciudad de Vacaciones, dígame", me había causado cierta intriga sobre aquel sitio. 


Y además, como no sucumbir ante estos vídeos promocionales:


Así que dicho y hecho, al coche y para Marina D'Or! Que guuaaayy!

Bien, habéis estado alguna vez en Marina D'Or? Bueno, como explicaros si nunca fuisteis. Cuando te acercas por la carretera empiezas a ver bloques y bloques de edificios iguales a lo largo de la costa, cuadrados y feos de cojones. Algo así como un "Beach Resort" de la Union Soviética. Llegas a la rotonda y ahí lo ves, un arco hecho de la latón que pretende imitar el que hay a la entrada de Marbella. El arco en sí no es nada del otro mundo, lo que es curioso es su poder. Cuando lo atraviesas es como entrar en una dimensión paralela, en la que el garrulismo, los Canis, y las Chonis son absoluta tendencia. Tíos con el perfil de Kiko Rivera vistiendo camisetas imperio de D&G y bambas doradas, junto Chonis con botas altas de color blanco, pezones duros bajos tops de color chillón y plataformas que ni Disco Stu, con un pelo que dejo hace tiempo de ser rubio para ser amarillo; todos ellos a ritmo de Pitbull y Carlos Baute en su Seat Macarra GT Ibiza con alerón trasero, es la fauna local. 

Más o menos este fue el cuadro. Sea como fuere empezamos a buscar garito para cenar. Todo estaba hasta los cojones, no había sitio ni para tomar una caña. Era brutal. Empezamos a vagar por la selecta urbe durante unas horas, dando paseos e intentando ir aquí o allá, y nada. En realidad, aunque todo estaba lleno, no recuerdo haber visto ningún sitio que realmente tuviera buena pinta. Había mucha franquicia, rollo Gino`s VIPs y tal. Nada que nos molara como para viajar a aquella dimensión. Después de un rato dando vueltas como gilipollas y con un hambre que asustaba, preguntamos en el que parecía menos lleno a eso de las 22:30, el Rokelin. Y pensareis qué es Rokelin, verdad Hamijos? El Rokelin, al menos en Marina D'Or es una franquicia de restaurantes y tabernas rollo Turolense , que viene a ser un sitio donde comer (esto es la teoría) productos típicos de Teruel y Aragón. Es decir, migas con Chorizo, Jamón, Lomo y cosas de esas, todo ligero, con buena cerveza y vino. Todo muy apetecible. A mi personalmente me gustan las Tabernas, donde comer batalla y compartir con los colegas. Sitios de esos con Barricas de vino haciendo de mesas y ruido.

Mi amigo Pisman, que es de Teruel, nos comentó un poco lo que era el Rokelin y de que iba el rollo. Un fulano que empezó en Teruel haciendo bocadillos de Jamón de puta madre y que poco a poco convirtió su Bar en una Taberna donde comer y donde se pueden comprar productos típicos. Yo al verlo (en la web claro), me recuerda al rollo Tierra Astur. Después de eso parece ser que empezaron a ofrecer franquicias, y una de ellas es la de Marina D'Or.

Desgraciadamente no tengo fotos ya que en 2009 aquello de los iphones no era tan habitual, así que no tengo documentos gráficos. Sin embargo tengo memoria de elefante cuando me quieren joder, así que intentaremos dramatizarlo de una manera precisa.

Pues eso, pedimos mesa para 6, nos dijeron que había que esperar como 45 minutos, así que esperamos a base de cigarros y esperar en la calle, ya que no había barra en la tomar nada. Así es niños, todo eso que dije antes de las Barricas de Vino, la Taberna y demás, en este sitio, no era mas que un puto fraude. Un sitio con pareces blancas, luz blanca, sin ningún ambiente, con mesas de plástico, como el comedor de un colegio. Además, la "Maitre" nos pareció un tanto gilipollas. Sea como fuera, eran casi las 23:00, teníamos un hambre de cojones, y no había mas opciones.

Medio paquete de Lucky después nos dieron mesa. Nos sentamos y nos dieron las cartas, de las que poco hay que decir. Comida de batalla y combos de rollos de tapeo, todo ello en una carta de plástico con más aceite que el pelo de un Torero. Lo que si recuerdo vívamente, es que en la parte trasera de la carta había una relación de todos los Rokelines. A parte del de Teruel, había unos cuantos más, y lo curioso es que todos ellos eran en sitios tipo Marina D'Or. Pueblos turísticos de la costa levantina, que destacan por su alto nivel de GG (Garrulos y Guiris), a los cuales es fácil meterles Bazofia a precio de Nouvelle Cuisine sin que protesten. Mal rollo (pensé).

Durante la deliberación de qué pedíamos, nos trajeron los platos y los cubiertos, y aquí empezó el festival. En primer lugar trajeron platos y cubiertos, los pusieron encima de la mesa y ni los colocaron. En plan "poneos vosotros la mesa, pringaos". Pa flipar. Y en segundo lugar, los cubiertos, estaban tan llenos de mierda que parecía que alguien se lo hubiese metido por el culo. Sucios y grasientos, es decir, asco máximo. Visto esto, pedimos educadamente que nos los cambiaran por unos, a poder ser, limpios. Para esto se lo tuvimos que pedir a nuestra camarera. Una señora de unos 50 años y 100 kg, es decir, menos Sex-Appeal que Cristina Almeida, que se dirigía a los clientes con términos tan correctos como "Nene", "Nena", "Cuqui", "Rubia", "Mona" y cosas así, en un tono más propio de camioneros macarras que de una persona normal. Y por si no ha quedado claro hasta ahora, gilipollas de libro. De esta si que conservo fotografía:


Amable servicio del Rokelin

Ante nuestra petición de cambio de cubiertos, los retiro de mala gana, y se fue, volviendo después de un rato con cubiertos para todos. Esta vez trajo 6 juegos de tenedor y cuchillo bien envueltos en una servilleta, los tiró en la mesa, y mientras cada uno pillábamos el nuestro nos tomó nota. Pedimos un poco de todo, Migas con Chorizo, surtido de embutidos, y un par de fritangas, todo ello con unas Birras y unas Coca-Colas. Y justo después de que la zorra que nos había tocado por camarera se fuera a apestar a otros clientes con su olor a sobaco, pudimos ver las casi náuseas de LJ, y como la vena de la frente de MMad se inflaba hasta casi explotar al mismo tiempo que sus ojos se inyectaban en sangre. Resulta que en uno de esos paquetitos tan monos de un tenedor y un cuchillo envueltos en una servilleta, había un chiche pegado dentro, motivo por el que LJ casi pota en plena mesa. Cuando los demás vimos el chicle asqueroso pegando tenedor y cuchillo como si fueran Cubiertos Siameses, y los hilillos pegados a la servilleta, el asco ya no fue Maximo, si no nivel Terelu Campos. No estoy de coña, esto fue la cosa mas asquerosa que me paso en un restaurante desde que en segundo de carrera me encontrara una Tirita con su correspondiente Mercromina y Pus en medio de mi bocadillo de Tortilla que pedí en la cafetería de la Uni. La reacción de la peña en la mesa fue mas o menos así:


Ante esta situación, MMad llamo a la camarera y le dijo lo siguiente:

Camarera Terrible: "Que quieres ahora Nene?"
MMad: "Última oportunidad para traer cubiertos limpios antes de pedir la hoja de reclamaciones" - mientras le mostraba los cubiertos con el chicle pegado.
Camarera Terrible: "Bueno Nene, es que veras, vamos muy rápido y claro, esto pasa"
MMad: "Que vais deprisa? Esa es la razón para que nos traigas cubiertos llenos de mierda? Pues mira vais más despacio"
Camarera Terrible: "Tranquilo eh?! más calma, no nos digas como tenemos que trabajar. Mira lo que sea se lo dices al encargado!" - y se larga

Es decir, no solo no pidió disculpas si no que la muy canalla se puso chula. Solo le faltó ofrecernos hostias. Y ademas no nos cambió el cubierto! En aquel momento yo ya me puse en plan Gíbaro y empece a mirar a mal a todo el mundo. Y según llego la encargada le solté de mano: 

ElFarton: "Oye, ya que vais tan deprisa, trae cagando leches la puta hoja de reclamaciones". 
Encargada Gilipollas: "OK tranquilos, no pasa nada, os la traigo y como si nada. Ya esta"

Nos cambio los cubiertos, trajo la hoja y punto. Ni una disculpa, ni una explicación. Nada de nada, se la sudó completamente. Mientras tanto, se corrió la voz de conflicto entre el resto del personal del Restaurante. Incluso de la cocina salieron a mirar que pasaba. Todo el mundo empezó a mirarnos como si nos quisieran perdonar la vida, una pasada. Incluso llegó un momento que yo me puse faltoso y empece a buscar realmente alguien que me ofreciera hostias para decirle que si a todo. Un drama. Y lo cachondo del tema es que durante todo este rato, en el que nos cagábamos en Dios, nos cruzábamos miradas amenazantes, y el resto de clientes flipaba pepinillos, en la cocina seguían haciendo lo que les pedimos. Así que antes de que pudiéramos terminar la hoja de reclamaciones pusieron la comida en la mesa.

En lo que a la comida se refiere hay dos comentarios:

Uno, es que la comida, de aspecto, era una mierda. Las migas eran 4, y no era más que pan empapado en aceite de Chorizo barato, y el surtido de embutidos estaba compuesto de algo de Chorizo, Jamón Serrano, Jamón de York, todo del más barato y asqueroso, especialmente el Jamón de York, que daba asco solo tocarlo.

Dos, yo, y bueno todos salvo Pisman, que cuando tiene hambre se vuelve como un Gremlin pidiendo comida después de media noche, no probamos la comida. En mi opinión viendo el percal yo calculé que como mínimo 4 gargajos con moco cayeron en cada plato, así pues conmigo que no cuenten para meterme su mierda de comida.


Cocineros de Rokelin en plena faena

Así pues, pagamos y nos fuimos. Si hamijos, fuimos tan gilipollas de pagar, hoy en dia quizás me hubiera levantado sin pagar y les hubiera mandado a tomar por culo, sin embargo aquel día no fue así. 

Bilis a parte, para mi esta fue la primera y la única vez que tuve entre mis manos una Hoja de Reclamaciones, y en concreto esta vez, no valió para absolutamente nada. Una de las conclusiones es que cuando vas a un sitio de estos y te violan te tienes que joder y pagar, y puedes optar por no volver, pero al restaurante se la trae al pairo porque saben de sobra que ya vendrán mas gilipollas rollo Paquirrín que no saben ni leer, y Guiris con ganas de hacerse un "Tipical Spanish Tapas", a los que joder a base de comida de mierda y cubiertos que has usado para transplantar Geranios, o sacar el Wiskas de la lata para los gatos del callejón. Así pues solo te queda decírselo a tus amigos o escribirlo en tu blog, para que con un poco de suerte nadie que conoces vaya a darles un céntimo de beneficio.

En mi caso, años después de que nos violaran a mi y mis amigos, solo me queda esperar que si me lee el dueño de Rokelin, sepa que me cago en su puta madre y en la de la camarera que nos atendió aquel día. Y que si no fuera porque hay tanto paro, esperaría que cierre su garito, y por supuesto, en cualquier caso, con crisis o sin ella se indigeste con sus migas de mierda y su Jamón York que parecía Chopped, y que atragante con un chicle ya puestos.

Así pues ya lo sabéis tropa, a aparezcáis por el Rokelin de Marina D'Or a no ser que vayáis buscando bronca.

Tchuss!!