sábado, 6 de diciembre de 2014

Casa Gerardo, Fabada con Estrella

Hola gord@s,

He vuelto, aunque me está costando, ya que mi vida en estos momentos se reduce al manejo magistral del biberón y la limpieza de caquitas. Y claro, eso me deja poco tiempo para salir a comer, y menos aún para contarlo. Que nadie se piense que Orina d'Or y su mafia me ha quitado del panorama Blogger. Pero bueno, la cuestión es que ya que mi mujer esta cansada de oírme, y mis hijas aún no me entienden, necesito darle la vara a alguien con mis paranoias, y quien mejor que vosotros. 

Pues bien, tengo que tirar de archivo, aunque eso no es problema, ya que este pasado verano me hice un intensivo de farturas y pude tocar palos que ya llevaba tiempo queriendo tocar, como es el que contaré en este post.

Hoy toca Casa Gerardo, sitio fetiche en Asturias. Casa Gerardo es un sitio al que llevaba años queriendo ir, pero por diferentes razones nunca lo lograba. Finalmente, Bonnie y yo conspiramos duramente para que una reunión con colegas tuviera lugar aquí. 

Casa Gerardo es un restaurante que tiene una estrella Michelin, y es uno de esos negocios que han ido pasando de generación a generación, buena prueba de ello es que el sitio lo llevan Pedro y Marcos Morán, padre e hijo, dos "cracks". 

También es uno de esos sitios de pico fino, sitios que en Asturias empiezan a abundar, pero que hace unos años no, y Casa Gerardo era ya uno de ellos, de hecho recuerdo que ya hace muchos años me comentaron que Casa Gerardo era el sitio donde el Rey Juan Carlos iba a comer fabada cuando venía a Asturias, pero la verdad que no se si esto era un bulo o no. Aunque bueno, otro bulo también era lo de que a Pedro J. Ramirez le iba el sexo duro, y nadie se lo creía hasta que lo vimos todos chupando un consolador de la mano de una dominatrix, así que cada uno que piense lo que quiera.

Casa Gerardo es un sitio conocido especialmente por su fabada, posiblemente sea la fabada más famosa de Asturias y parte de extranjero. Es de hecho, junto a su famosa crema de arroz con leche, su producto estrella, y como todos los productos estrella, tiene amantes y detractores. Hablaré de esto en detalle más adelante.

Como siempre, empecemos por el lugar. El emplazamiento no es lo mejor, el restaurante se sitúa en Prendes, un pueblo a medio camino entre Avilés y Gijón por la carretera vieja. Para ser más concreto se encuentra un poco más abajo del puti del pueblo, también conocido como Club Prendes, y un poco antes de otro conocido Puti Club, llamado Flamingo (cosa que a Juancar le vendría de coña, digo yo).

Prendes no es una megalópolis cierto, pero es por todos sabido que si uno quiere comer bien tiene que estar dispuesto a mover el culo y cogerse el coche a donde haga falta, ya que de lo contrario El Bulli hubiera tenido como clientes a Marco Polo y al Doctor Livingston como mucho, porque tiene cojones donde se les ocurrió ponerlo.

El local en si es bastante guapo, los detalles los podéis ver en la web de Casa Gerardo, muy currada por cierto. Está montado en una casa típica asturiana, que esta totalmente reformada y adaptada al restaurante. La casa esta pegada a la carretera, cosa que no mola, pero la familia Morán, muy acertadamente se montó un amplio aparcamiento para clientes detrás de la casa, así que no es problema ir y aparcar.

Nada más entrar ya se percibe que es un sitio con clase. Dos puertas para acceder al recibidor, silencio, maderas nobles, limpieza y tal. El recibidor tiene un par de asientos, la zona de la caja y una bodega de cristal parecida a la del Sangiovese.


El once titular elegido para esta fartura estuvo compuesto por Ragazzo Fantástico, su mujer RB y su hijo KB de 3 meses, todos de perfil internacional, Los Teletabis y su hijo DP de 6 meses, Bonnie (en estado de doble esperanza) y un servidor, un show de carritos. Y digo esto porque en ocasiones, en los sitios de cierto nivel te ponen problemas. No les gusta el despliegue, o potencialmente se le da por el culo al resto de los clientes cuando los niños entran en barrena. No pasó esto en Casa Gerardo. No solo no nos pusieron problemas si no que además buscaron la solución perfecta, nos pusieron en una sala un poco apartada donde estuvimos como dios, a gusto, amplios, con sitio para los carritos y donde los posibles gritos de los niños no molestarían a nadie. Aunque bueno, hay que decir que al final los críos se portaron genial y no paso nada. Hubo que subir los carritos por la escalera, pero oye eso no es culpa del restaurante, si tienes hijos, te jodes y los subes, haberlo pensado cuando la estabas metiendo.

Ya desde un principio el "feeling" fue bastante bueno. Nos trataron de manera muy cercana pero sin romper la barrera de la pesadez. Yo de hecho me sentí rápidamente como un cliente habitual a pesar de ser mi primera visita. Mola.

Casa Gerardo es un sitio donde se puede hacer todo, carta y los diferentes y más completos menús degustación. Nosotros íbamos con la idea de hacer menú degustación, por lo tanto eso hicimos. Había varios menús. Decidimos tirarnos al menú "Carreño", aquí lo tenéis:


Pintaza. Pero ojo, si crees que estos dieciséis platos de alta cocina no son bastantes para mantener tu gordura a pleno rendimiento, Casa Gerardo te brinda la oportunidad de hacer el menú "Prendes", que se compone de 25 platazos, por si lo tuyo ya es comer como si no hubiera un mañana.

Para acompañar este festival pedimos un Viña Condomina Reserva añada del 2002.


Es difícil escoger un vino que combine con tan variada comida. Especialmente con tanto mar. Lo ideal en estos casos, especialmente cuando se es un grupo, es pedir primero un blanco, y cuando el mar se acabe pedir el tinto, y así de paso salir con el morro torcido. En nuestro caso, con tanta embarazada y niños lactantes, no había "quorum" para tirarse al vino como por ejemplo durante la noche donde tuvo lugar el embarazo múltiple que había en la mesa, así que una botella de tinto para los paisanos y a correr.

Bueno, empecemos. Lo primero la "Margarita de Manzana", una especie "Cocktel de Bienvenida" que tiene esta pinta:


Un trozo de manzana osmotizado (impregnado) con (no se si) aguardiente de manzana o con una margarita (no estoy seguro), y con un toque de sal, rollo Margarita (nos referimos al Cóctel, no a la vecina de tu abuela). Brutal. Refrescante y además perfecto para limpiar la boca.

Lo siguiente el bocadillo crujiente de quesos, acompañado de las "Oreo Cafecao":


El bocadillo crujiente de quesos es un clásico de Casa Gerardo. Yo lo comí anteriormente en la boda de mi amigo Nachín, que es, en lo que a este blog se refiere, como el tocahuevos que a la salida de un examen viene y te truñe hasta que te das cuenta que lo que pensabas que habías hecho bien, seguramente lo tengas mal, jodiéndote ese pacífico y plancentero primer cigarro que echas tras meses estudiando y tras 5 horas de sufrido examen. Y digo que lo comí en su boda ya que Casa Gerardo también tiene un servicio de catering, que es, dicho sea de paso, tan espectacular como su restaurante. Sea como fuere, y volviendo al plato, está de puta madre. Es una especie de hojaldre o pasta filo unido por una crema de quesos. Yo un día lo intente hacer en mi casa y solo conseguí un humo de quesos que dejó mi horno impregnado de olor a queso de Cabrales durante meses.

En lo que se refiere a la Oreo Cafecao, me recordó al Filipino del Bulli, y no estoy hablando del tío que friega el suelo, si no de esto:


Una especie de Trampantojo sin llegar a ser Trampantojo. Combinación de Café, Cacao y Queso. Sea como fuere. Muy buena también.

A continuación llegó algo mas mundano, pero no por ello peor (más bien de lo mejor). Las croquetas de compango:


En esto de croquetismo hay mucho ruido. Hay gente que no le da valor una buena croqueta. Se piensa que es algo vulgar o barato. Por lo general esta reflexión es mas propia de gorrinos o zoquetes cuyo top gastronómico lo tiene copado con las que les hace Findus y con el Dönner Kebab de los Viernes por la noche, y que además se refieren a ella como COCRETAS. Yo opino de diferente manera. Está claro que una croqueta de mierda la hace cualquier mascachapas, pero una croqueta buena, o una croqueta gourmet no es tan sencilla de hacer. Y ojo, que no me estoy refiriendo a hacer una espuma de croqueta o rollos similares, si no a hacer una croqueta de puta madre, fina, cremosa y con sabor. Por ejemplo, se comenta que la mejor croqueta de Asturias la hace Nacho Manzano (dos estrellas Michelin), y cierto es que, yo que la probé, si no es la mejor, es una de las mejores. El nivel de cremosidad, de sabor, y de cuan crujiente está el empanado es sencillamente perfecto.

Pues bien, la croqueta de compango de Casa Gerardo no tiene nada que envidiar a la de Nacho Manzano, al menos en mi opinión. Cumple a tope con los parámetros anteriormente mencionados, y además tiene un sabor a compango exquisito. Para aquellos que no sepan que es el compango les diré que es, de alguna manera la carne y embutido usada en el guiso de la Fabada, y mayormente se compone de lacón, chorizo y morcilla con un sabor muy característico, y por si no queda claro de un compango de fabada de Casa Gerardo, que es la polla. Pues los colegas Marcos y Pedro han conseguido en mi opinión una Top-Croqueta difícilmente superable.

Bueno sigamos, ya que la vida no se acaba tras una croqueta. Lo siguiente fue un trio llamado "de la anchoa al Fino", y que venía compuesto por una aceituna, una anchoa y un plato muy interesante:


Recuerdo que el camarero, muy amablemente nos explico con detalle este trío de platos, y además yo pregunté un par de cosas que no me habían quedado claras. En aquel momento lo entendí, y lo que es más importante, a la hora de degustar el plato le pillé el sentido, ya que este combinado de entrantes es uno de esos platos que tiene armonía, conexión y todas estas cosas. Sin embargo, como soy un melón, y tardo meses en escribir ciertas crónicas, solo me acuerdo de la mitad de cosas. Por lo tanto solo escribiré lo que recuerdo, dejando claro que es posible que me equivoque en alguno de los ingredientes o sabores.

En primer lugar, los ingredientes de esta movida eran el pistacho, el Fino, la anchoa, la aceituna y el Pitu de Caleya (para los no asturianos, el Pitu de Caleya se puede denominar como un "Pollo de Alto Standing"). La historia es que todos ellos se van repitiendo de plato a plato en diferente forma, de manera que uno va conservando sabores y probando diferentes texturas, un rollo muy Bulli. En primer lugar esta la Anchoa, una Anchoa del Cantábrico, de primera calidad por supuesto, sobre una tosta que creo era de pistacho, y con algo más por encima que no recuerdo.

En siguiente lugar esta la aceituna. Una oliva de las gordas, rellena de anchoa y una gelatina, creo que era de Fino.

Y por último una sopa. En primer lugar te sirven el plato con una base de gelatina de Fino (o similar), los cuatro pistachos y una especie de Pitu de Caleya en Salazón, tipo mojama o similar. Y a continuación, ya en la mesa, te rellena el plato con un consomé de Pitu de Caleya.

Bien, no se si acerté o no di ni una. La cuestión es que la Anchoa estaba exquisita, la aceituna era jugosa y con un sabor muy particular, y la sopa era brutal. En mi opinión el plato tenía demasiado toque salado, pero me pareció un espectáculo. Muy recomendable maridarlo con un vino blanco, fino, Rebujito o vino de Madeira.

Llegamos al momento del Mar y El Huerto. En primer lugar la Ostra Tomate:


Un tartar de ostra, manzana asada y creo que sandia. Una pasada. Aunque en este plato se demostró una vez mas lo gilipollas que puedo llegar a ser. Pedro Morán nos preguntó si había alguien que prefería no comer ostra, en su lugar nos ofrecía unas almejas a la plancha. Yo, acordándome de la experiencia desagradable del Bulli con la Puta Ostra sobre Fillet Mignon me pedí las almejas, y la cagué claro.

Cierto es que las almejas estaban cojonudas, pero el Tartar de Ostra estaba brutal. Como lo se, porque mi mujer, que es una santa, me dejó comerle la ostra (la del plato). Brutal. De hecho, de los mejores platos del menú en mi opinión.

A continuación llegó la Chopa-Nabo:


Chopa, un pescado muy asturiano, acompañado de láminas de nabo y avellanas con un toque cítrico.

Este plato es muy interesante por dos motivos. En primer lugar porque estaba exquisito. Fresco, fino y diferente a lo que se suele comer.

Y en segundo lugar porque no me lo acabé y le di parte a mi mujer. Así que ahora podría decir que después de comerle la Ostra a mi mujer ella me comió el Nabo. Paradojas de la vida.

Ahora llegamos a la sardina con pepino:


Una sardina de primera calidad hecha a baja temperatura acompañado de pepino encurtido. No se que estaba más cojonudo, si la sardina, o el encurtido de pepino. Las dos cosas hacían una combinación perfectísima. Bravo.

Ahora toca lo que en el menú llaman Un Pez:


Un trozo de (yo diría que) merluza, generoso. Con un punto de cocción perfecto, con tomates cherry y cebolla, que estaba increíble, con un caldo que no recuerdo pero que estaba muy bueno. El pescado era de primerísima, y es que bueno, cualquier restaurante en Asturias que te ponga pescado de mierda, tiene menos futuro que Paquirrin en la Universidad.

A estas alturas uno ya notaba la barriga un tanto pesada.

Tocaba cambiar a carne, el siguiente plato, llamado Bravo Joselito es lo siguiente:


Una cabezada de cerdo ibérico en una especie de Salsa Brava y con un toque de hinojo. Primera vez en mi vida que comía cabezada de cerdo, y mira, de puta madre. Una textura muy guay, y además un previo perfecto para lo que viene.

Llegó el momento que todos esperabamos, La Fabada de Casa Gerardo:


Bien, muchos pensaréis que menuda locura meterse un plato de fabada después de unos diez platos. Pero mira oye, fuimos a comer, y comer en Asturias significa comer y no mariconear con la comida. Eso quiere decir que si hay que comer un cachopo de dos kilos como entrante, se come.

Hay que decir que, sorprendentemente, entró muy bien, y en eso tuvo mucho que ver la Fabada en si, que era una Fabada muy fina y elaborada, nada pesada. Y digo esto porque por lo general La Fabada asturiana es un plato muy duro, porque además de que uno se queda como si le hubieran dado una mano de hostias, el festival de pedos que luego se sucede durante la siguiente tarde-noche es de los buenos.

Hace ya muchos años que llevaba queriendo probar la que se dice que es la mejor Fabada de Asturias. Antes de ir había escuchado de todo. Que si es floja, que si está buena, que si es brutal, que si es un fraude, que si usan alubias de lata... Todo tipo historias y leyendas, la mayor parte de ellas falacias, todas contadas por gente que no la había probado, pero que según comentan tenían un amigo, primo o jefe que si que los había hecho. Es decir, gente con menos credibilidad que el Pequeño Nicolás, pero que de alguna manera aumentan la leyenda.

Por otro lado, antes de este evento si que había probado ya la Fabada de Casa Gerardo, y lo hice en la boda anteriormente mencionada, en la que, durante la cena posterior a la cubatada, sacaron, entre otras cosas, cazuelitas de Fabada, y me metí un par de ellas. La pena fue que debido al Moco que llevaba no recuerdo nada, y mi mujer menos, pero bueno, esa es otra historia. La probé de hecho dos veces, al entrar y al salir, no le di tiempo a que me provocara gases.

La cosa es que este verano por fin la probé siendo consciente de mis actos. Después del espectáculo previo de platos pusieron un generoso plato de Fabada, y la sirvieron tal y como sale en la foto. Las fabes en el plato y el compango a parte. A mi, y lo diré sin rodeos, me pareció una Fabada espectacular, impresionante. Fina y elaborada con mucho mimo, con el toque justo de sal y grasa, con un caldo con textura perfecta, y con una calidad de primera en lo que se refiere a las alubias. Era una faba mantecosa y fina, sin que apenas se notara la piel. Sencillamente deliciosa. Y por supuesto, el Compango estaba también de puta madre. Quizás uno de los secretos es el producto, empezando por la misma faba. En Casa Gerardo se usa faba fresca, según parece lo que hacen es seleccionar las mejores alubias, de fincas previamente conocidas, y congelarlas al principio de cada temporada. Incluso las congelan indicando fecha y finca de procedencia creo. Esto hace, que ya de por si la Fabada sea muy particular y poco común.

Hay gente, que si que comió Fabada en Casa Gerardo y que me dice que es poco consistente, que le falta grasa, etc. Y es que hay mucha gente cuyo estándar de comida es potaje tradicional que cuanto más basto y pesado es, mejor sabe. Yo discrepo totalmente, a mi no me hace falta que la fabada 50% grasa de cerdo, es más, no me gusta que así sea.

Para los que no lo entendieron aún, la Fabada de Casa Gerardo es una fabada asturiana tradicional llevada a nivel Gourmet, una fabada de estrella Michelin, un plato que tiene que satisfacer al mismo paladar que disfruta con la Sardina a baja temperatura y el Tartar de ostra. Resumiendo, es, en mi opinión, la mejor Fabada que se puede comer en un Restaurante (y puntualizo Restaurante, ya que todos tenemos madres, tías y abuelas que seguro que hacen Fabadas espectaculares). Y por cierto, esta fabada es la primera en mi vida que no causó el mencionado festival del pedos, no me tiré más que durante un día normal.

Me comí un plato, y fácilmente me podría haber comido dos. Y viendo como son de amables y cercanos tanto Pedro como Marcos Morán, si pides otro plato, creo que te lo pondrán de mil amores.

Pues bueno, después de la Fabada ya tocaba postre, y para empezar nos pusieron una cosa llamada Bramble:


En este caso, como es evidente, no se trata de un Cóctel Bramble auténtico, que no deja de ser un cubata pijo para señoritingos del Soho londinense, en este se trata unos bastones de pera impregnados de una mezcla de ginebra y almíbar ácido, intentando emular el equilibrio entre el toque ácido y dulce del cóctel, y con el correspondiente toque de ginebra. El toque rojo que le falta para emular al cóctel lo consiguen con la cobertura roja que se puede ver en la foto, que no recuerdo que era. Un postre muy chulo, y que a su vez consigue emular la fruta que hay que comer tras una buena fabada para bajarla.

A continuación el segundo postre, Frutas y Barreña:


Más fruta dentro de una sopa de manzana acompañado de un helado (de nuez creo), y más nuez a modo de tierra por encima. También, y para no romper la tónica, cojonudo.

Y por último, como no podía ser de otra manera, el segundo producto estrella de Casa Gerardo, la Crema de Arroz con leche:


Otro plato que llevaba años queriendo probar. Al igual que la fabada, el arroz con leche de Casa Gerardo también tiene mucha fama, aunque los rangos dicen que no es el mejor si no es segundo mejor, ya que el primero se comenta que es el de Casa Fermin, que no probé. Sea como fuere nos pusieron una "fuentaca" que no nos pudimos acabar, y si, estaba muy bueno, y muy cremoso, y para esto si que soy exquisito, ya que el arroz con leche es mi postre favorito. Solo haré una pequeña crítica, y es que, quizás debido al requemado superior, el arroz estaba un poco tíbio, pero bueno entiendo que esto es cuestión de gustos, ya que a mi me gusta más frío.

Por último café y unas pequeñas movidas que estaban muy buenas:


Veredicto:

Pantalón desabrochado, ruido en las tripas... un "colocón gastronómico" en toda regla. Experiencia para repetir siempre que se pueda, que para mi será en cada visita a Asturias.

En lo que a la minuta se refiere, se pagó lo estipulado:


Se pagó lo que se sabía, y además nos invitaron a los cafés, detalle que parece una pijada, pero que a mi me encanta.

Bien, ahora veamos que dice mi ambicioso Fartonómetro sobre Casa Gerardo.

Como siempre, en primer lugar El Local. En lo que al Local se refiere les doy nivel "1. Lujo Hindú". Un sitio con mucha clase, donde la categoria se respira y se ve en cada detalle. Mesas grandes, vajilla y cubertería de lujo. Todo lo que se espera de un sitio que tiene una Estrella Michelin.

El servicio se lleva también un "Nivel 1. Que majos tu!". Eso es indiscutible. Profesionalidad, rapidez, eficacia y cercanía todo en uno. Desde los camareros, al dueño. Da gusto.

Comida, evidentemente Nivel 1, Nivel "Orgasmo". Eso creo que ya ha quedado claro a estas alturas.

Y por último, precio, se llevan un Nivel 2. Precio Justo. No podemos decir que Casa Gerardo sea un sitio barato, pero desde luego no es un sitio carero (que no es lo mismo que caro). Se paga lo que se come de manera muy justa, con una relación calidad precio, diría yo, que tira más a lo barato que a lo caro. Por poner un ejemplo, yo creo que por este menú en Madrid o Barcelona no se pagarían menos de 100 o 120 euros, pero claro, estamos en Asturias, donde comer es una religión, y donde la oferta es tan enorme y de tanta calidad que hace que no se pueda considerar un sitio barato. Sea como fuere, yo lo pagué de muy buena gana, y lo volveré a pagar.

Por lo tanto:


Nuestro exclusivo Fartonómetro le da 7 puntazos! Una puntuación de la hostia. Y bueno, se podría discutir ese último punto, ya que esto del precio es muy relativo, pero bueno, tampoco lo regalemos.

Como conclusión, sitio excelente de visita obligada si uno pasa por Asturias y quiere comer a cierto nivel.

Yo volveré, eso lo tengo clarísimo.